jueves, 30 de septiembre de 2010

Ericeira: Mucho más que una playa para surfistas

Escapada de fin de semana
Praia dos Pecadores (Ericeira)


Ficha del Viaje:

Recorrido:
Badajoz (ESP) -> Ericeira (POR)  | Ericeira (POR) -> Badajoz (ESP)
Fecha: 11/07/2010 - 13/07/2010
Grupo: 4 personas (Miguel, María, Cristina y Jorge)

Dia 1: BADAJOZ-ERICEIRA

Viernes a mediodía. Nos llamamos y decimos... "¿qué, nos escapamos algún lado?". "Hay un sitio con buena pinta que tengo ganas de ir al norte de Lisboa, Ericeira..." Así empezó este miniviaje de fin de semana. Conocía el lugar de un regalo que hicimos a mis padres en su aniversario del que acabaron contentos, pero no lo había experimentado en primera persona.

Ericeira es una pequeña localidad lusa eminentemente pesquera, que ha pasado a ser en los últimos años uno de los lugares de veraneo más demandados por el turismo lisboeta y por miles de turistas amantes del surf, que han reconocido en sus playas una "mina" de olas. A pesar de ello, su casco urbano y parte de sus playas siguen conservando esa raíz marinera y aún es posible respirar ese ambiente en el mercado diario de pescado, carne, frutas, verduras y flores que hay a pocos metros del puerto y de la Praia dos Pescadores.


Calles de Ericeira


Llegar a Ericeira desde Badajoz es bien sencillo. Pasado el Puente Vasco da Gama mantenemos la dirección hacia la Autoestrada do Oeste (IC1) y en apenas dos horas y poco, si no pillas tráfico, estás en la costa. Eso sí, pagando una buena suma en peaje, en torno a 25 euros. También se puede hacer el recorrido por carretera convencional, con mucho más tráfico, pero igual de sencillo, ya que debemos tener siempre como referencia la localidad de Mafra.

Antes de anochecer llegamos a nuestro destino. Cinco minutos antes de nuestra partida habíamos reservado bungalow en el camping de la localidad en Booking.com. Las fotografías hacen honor a lo que se ofrece. No sabemos si se equivocaron o no tenían bungalows de cuatro plazas, el caso es que nos dieron uno de seis. Estructura de  madera, rodeado por jardín, con todos los detalles (tv en salón y habitaciones, menaje, utensilios de cocina, plancha...) e incluso una barbacoa individual. Un sitio genial para pasar un fin de semana o una semana entera con la familia o amigos por unos 20 euros por persona y noche.

Bungalow en Parque de Campismo de Mil Regos (Ericeira)

Tras dejar las mochilas y descubrir todos los secretos que escondía nuestro "chalé" en cada mueble que abríamos, corrimos al supermercado "Mini-preço" ubicado en la carretera de circunvalación para comprar algo para cenar. En el camping también hay un mini-mercado, pero estaba ya "fechado". Apenas pudimos ver más de Ericeira esa noche.

Dia 2: PRAIA DA RIBEIRA DAS ILHAS - ERICEIRA - PRAIA DO SUL

El sábado amaneció totalmente despejado. Corría una brisa que invitaba a llevarse algo de abrigo. Aquí siempre hace frió, estamos en el Atlántico", decía alguna. Desde el camping, apenas a un kilómetro hacia el norte nos encontramos con la Praia da Ribeira das Ilhas, considerada como una de las mejores playas de Europa para la práctica del surf y del bodyboard. Con deciros que desde 1985 es sede de una etapa del campeonato mundial del surf, os podéis imaginar el ambiente al bajar a la arena. Está encajada en un valle entre grandes acantilados, con un mirador espectacular hacia el Atlánticos y varios bares que le dan una animación especial. Para los surfistas es una playa genial, pero para simples bañistas como nosotros... es difícil "mojarse el culo" entre las rocas y piedras de la orilla.

Praia da Ribeira das Ilhas (Ericeira)

Vista desde el Largo de Sao Sebastiao
A mediodía cogimos de nuevo rumbo a Ericeira y, poco después del camping, dejamos el coche en el Centro Comercial Sao Sebastiao, inicio del casco de Ericeira. En frente, el mirador en el Largo de Sao Sebastiao con la Praia do Norte o do Algodio justo a nuestra izquierda. Bonito paisaje.

Nos adentramos en este pueblecito de casa blancas y azules y suelo empedrado. Todas las calles nos llevan hacia el puerto y la Praia dos Pescadores. Las barcas conviven con los bañistas en una playa con menos oleaje de lo habitual gracias al espigón de piedras que dibuja este pequeño golfo. Vale la pena perder unos minutos en contemplar el paisaje, tirar unas fotografías o tomarse un café o un refresco en uno de los numerosos bares que enmarcan el borde del acantilado.

Desde esta playa, convertida en "centro ciudad", salen diversas calles con inmobiliarias, pastelerías, comercios de decoración y souvenirs, etc. Entre ellos, unas pequeñas fuentes ornamentales que en otra época abastecían de agua potable a los lugareños y ahora refrescan a los turistas. Preguntamos por el mercado y amablemente nos indicaron la dirección. Típico mercado, con pescado fresco en la planta baja (las mujeres de los pescadores vendían las sardinas, carapaus, doradas... capturadas por sus maridos), y carne,verduras, frutas y flores en el primer piso. Queríamos mimetizarnos con el ambiente y compramos sardinas y pollo, productos típicos de la gastronomía lusa. La barbacoa de nuestro bungalow nos esperaba.

Volvimos al camping y comimos. No hay nada mejor que una barbacoa con vistas al mar. Sin siesta, cogimos de nuevo el coche para pasar la tarde en la Praia do Sul. El hotel Vila de Ericeira preside esta playa. Desde él, un paseo marítimo empedrado bordea la arena. Son muchos los bañistas que aquí se concentran en la zona que el mar se le antoja dejar al descubirto. Cerca del hotel, las olas rompen con fuerza sobre las rocas y es fácil que acabes mojado si estás tomando un café en una de las cafeterías del paseo. Un lugar genial para pasar la tarde tomando el sol y dándote unos buenos baños de agua fresquita.

Dia 3: ERICEIRA-PRAIA DE SAO JULIAO - BADAJOZ


El tiempo cambió y abrimos los ojos con una intensa niebla que ocultaba la costa. Dejamos el camping y probamos a ir hacia el sur esperando que la niebla se disipara. No fue así. Antes de volver a Badajoz, paramos unas hora sen la Praia de Sao Juliao. Una playa grande (para las calitas que se encuentran en esta zona), con mucho encanto y cientos de surfistas que calentaban en la orilla y desaparecían pocos metros después dentro del agua.

Y esta fue nuestra escapada para casi cerrar uno de los veranos más calurosos de nuestra vida. ¡Esperamos que os haya gustado!

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